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7 enero, 2018Tengo 23 años y mi nombre es Robert Llevaba un buen tiempo investigando sobre bdsm, mi primer vistazo a este mundo fue un documental que encontré pasando canales en la tv, solo basto ver aquel programa para que me atrapara en sus garras lujuriosas y me llevara a saber más sobre aquel tema, ya había leído muchos artículos, revistas y vistos videos muy eróticos.
En mi travesía descubriendo el bdsm me topé con un escrito el cual mencionaba el femdom o dominación femenina al terminar de leerlo todo lo que allí mencionaba me resultaba muy interesante, pasando unos meses me cree una cuenta en una web la cual estaba dedicada exclusivamente para contactar con personas que estaban en el mundo del bdsm y buscaban pareja la cual compartiera los mismos gustos.
Al cabo de uno o dos meses había logrado hablarme con una domina ya era muy experimentaba, por lo que me había contado llevaba siendo femdom unos 5 años, me dejo claro desde el inicio que me debía dirigir hacia ella como Señora o Diosa, habíamos hablado ya muchas veces y en una de esas conversaciones me pregunto que practicas me gustaban, a lo que yo respondí, humillación, adoración de pies, petplay, azotes y aunque no estaba muy seguro de decirle esto decidí ser sincero con ella comentándole que me llamaba la atención el “pegging”, a lo que me pregunto si ya había probado todo lo que le había mencionado, enseguida dije que no pero sentía una gran atracción hacia aquellas prácticas y era una fantasía para mi poder cumplirlas solo mencionar que haría lo que fuera por siquiera probar una de las tantas prácticas que quería experimentar, fue cuando la Señora me comento que cuidara de lo que decía pues podría que se me cumpliera pero a un alto precio y tenía razón, ya que propuso vernos en persona y tal vez sesionar, inmediatamente dije que si, la cita era para el día siguiente.
Habíamos quedado de vernos en un café el cual no se encontraba muy lejos de donde vivía ella, hablando un rato conectamos muy bien y durante la charla menciono de nuevo que, que estaría dispuesto a hacer para complacerla, por lo que yo respondí nuevamente que lo que fuese necesario, la Señora sonrió levemente y dijo cuida de lo que dices pues no sabes que cosas te puedo poner a hacer.
Me sonó a reto a lo que conteste no importa, soltó de nuevo una sonrisa mientras me ordeno que pagara la cuenta ya que íbamos a ir a su casa.
Ya encontrándome en el apartamento de la Señora desnudo y de rodillas como me lo había ordenado, empezó a enumerar las tareas que debía realizar para ella.
Servirle de orinal, Lavar la loza, barrer y trapear los pisos, organizar su ropa y lavar el baño estaba un poco confundido porque esas eran tareas normales que todos debemos realizar o al menos eso pensé y en cuanto a la primera pues ya me estaba imaginando a que se refería pero quería pensar que era una broma, me llamo y me ordeno acostarme en el piso boca arriba seguido de que me repitiera lo que le había dicho, que haría lo que fuera para complacerla se bajó las medias veladas y su ropa interior, se arrodillo encima mío dirigiendo su sexo a mi boca, abre la boca cariño, esto será una lección para ti por decir que harías lo que fuera, si te sientes incapaz de soportar el castigo que te pondré puedes ponerte tu ropa e irte pero nunca más nos volveremos a ver. Dude en si irme o no, algo dentro de mí no dejo que me marchara no conteste nada y ella lo tomo como que me quedaría, estando ya segura de que no me iba a mover, empezó a orinar en mi boca, su liquido amarillo empezó a bañar mi cara tenía un sabor desagradable pero estaba aguantando esto era lo que realmente quería y debía cumplir mi palabra, mi Diosa me observaba con cara de satisfacción, luego de que terminara, con una risa burlona se refirió hacia mi como un perro maloliente, me puse de pie mientras ella decía que de ahora en adelante debía agradecerle por todo lo que me ofreciera así fuese un castigo, sin pensarlo le agradecí por haberme orinado encima era absurdo ya que debía de estar furioso por lo que me había hecho pero no fue así, luego de eso me dispuse a hacer todas las demás tareas que me había puesto, al terminar todo me felicito y empezó a masajear mi pene con sus manos lo estaba disfrutando demasiado al terminar, le agradecí y ya listo para irme me pregunto que si no estaba olvidando algo, no fue mi respuesta y de repente impulso su cabeza hacia sus zapatos donde había caído parte de mi semen , sujetándome del pelo me restregó en él y no tuve más opción que lamerlo, quede muy humillado ese día mi primera sesión, tengo que decir que disfrute todo lo que me hizo la Señora aquel día, estoy alegre de haberme quedado ya que de no ser así, mi culo no estaría siendo penetrado por su arnés, y los más importante aprendí ese día a pensar con más detenimiento lo que digo ya que de ser así no hubiera sido humillado de aquella manera.
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Excelente relato para los que inician en el mundo de bdsm no hablen más de la cuenta