Como a todo marrano le llega su diciembre, después del Rigger le toco al Rope Bunny. El ying del yang, el robín del batman, la cruz de la cara de la moneda o el mugre de la uña. No habría atadores a la colombiana sin atados a la colombiana. Desde el festival anterior veníamos insistiendo en que había que darles el lugar que merecen, valorizar y visibilizar su rol desde varios ángulos. El cuarto Festival de Cuerdas fue la excusa para ello. Llamamos por telefono, enviamos mensajes, hicimos cábalas, enviamos señales de humo y logramos hacer un balance provisional de los loquitos de atar, literalmente, loquillos de la cuerda: Esos que se atan para estar libres y valga el oximorón poético. Disparidad de genero, así como en el vergajo de atadores, pero qué le vamos a hacer. Muchas chicas y pocos chicos, así van las cosas, esperamos que sea un balance provisional. Medellín y Cali son las ciudades representadas en esta selección. Y como los invitados de Argentina estaban tan sexis, cómo no ensalzar estas paginas con fotos de Mini Best y Volcano... ¡hay que rico!
He aquí pues un viaje para que se desate... si quiere.