De expectativas a realidades
18 febrero, 2016Relaciones tipo corsé
7 julio, 2016Por: Chaos
Trataba de acomodarme en la silla para sentir menos dolor en el trasero. Seguro hice una cara chistosa mientras discutía en la reunión del medio día.
-¿Estás bien?- preguntó mi jefe.
-Sí, ¿en qué íbamos?- le respondí.
Continuamos la conversación que gracias a la interrupción se había calmado un poco. Mi jefe continuó hablando y yo sentía que era una exageración todo lo que decía… su voz se fue alejando y recordé la primera vez que le conté a un amigo sobre mi mundillo bdsm: me abrió los ojos como si le fuera a echar gotas, no supo qué decir y cortó la conversación para acabarla a los 5 minutos. Tal vez sea muy excéntrico para algunos, para mí es simplemente liberador.
Como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, los seres humanos somos complejos. Tantos deseos, impulsos, miedos. Creamos, editamos quienes somos para poder relacionarnos de acuerdo a un escenario. ¿Somos los mismos en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones? ¿Cuántas veces no queremos ser otra persona? ¿Cuántas fantasías no queremos cumplir?
Es como esos momentos cuando voy por la calle y me encuentro con alguien a quien no esperaba ver, es como si me trasladara a otra dimensión, se me cruzan los cables y siempre tengo actitudes erráticas que terminan en situaciones graciosas. Eso sí, así haga el oso siempre saludaré, nunca voltearé la cara. Una situación así es reflejo de la doble vida: trabajo, familia, amigos, mi estilo kinky… bueno, diría que no son dos vidas, son miles y en cada una saco algo de mí, la persona editada que se ajusta a ese momento, que encuentra algo especial. Como aquella expresión: “la vida no es blanco y negro sino muchas tonalidades de gris”. Nuestras vidas son de muchos colores y lo importante es poder elegir los colores que nos gustan.
Tener dos mundos o una doble vida hace parte de vivir, de ser lo que somos, de explorar, aprender, respetar, escoger.
Hay muchos gustos, muchas creencias, tantas cosas para elegir y definir quiénes somos; así como a alguien le gusta el helado de vainilla, muchas gracias, me quedo con el de limón.